06/04/10
Por la falta de materiales, desguazan los vagones para acondicionar otros
Los rumores arrecian y la incertidumbre envuelve a los talleres ferroviarios de Tafí Viejo. Desde que la presidenta, Cristina Fernández Kirchner, reinauguró la planta en octubre de 2008, la ilusión fue cediendo ante la desazón. Porque, lejos de ser productiva, la reapertura fue puramente simbólica. Así lo reconocen los propios trabajadores.
"Desguazamos otros vagones para reparar los que están rotos. Y ahora 
      nos traen los desguazados para que los rearmemos, ¿qué es todo esto?", 
      se preguntó el delegado de la Unión Feroviaria, Jorge Murillo. En efecto, 
      el 28 de octubre de 2008, mediante una videoconferencia desde Olivos, la 
      titular del Poder Ejecutivo Nacional dijo que tras la reparación del estratégico 
      taller se iniciaría un proceso de selección de 150 nuevos operarios, con 
      el objetivo de que en Tafí Viejo se reparen 10 vagones por mes. Ese día 
      también anunció que el tren de pasajeros empezaría a rodar, promesa que 
      tampoco se concretó. Sin embargo, las improlijidades se sucedieron. La empresa 
      Metalúrgica Di Bacco, que tuvo a su cargo las obras de refacción, mantuvo 
      el galpón con candado hasta noviembre del año pasado, por una deuda del 
      Gobierno nacional. Una vez saldados los $ 13 millones que costaron los trabajos, 
      el subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna, designó como jefe 
      de los talleres a Carlos Varela. Sin embargo, poco cambió desde su asunción. 
      "Lo que pasa en los talleres es preocupante e indignante. Porque ningún 
      compromiso público se concretó. Ahora están digitando la entrada de personal 
      que no tiene idea de lo que es el trabajo ferroviario", denunció Murillo. 
      Legalmente, los empleados de la planta dependen de una unidad ejecutora. 
      De los 66 operarios que Néstor Kirchner reubicó tras relanzar la planta 
      el 30 de setiembre de 2003, sólo continúan 54. Como lo grafica Murillo, 
      ninguno de ellos oculta su agradecimiento, pero reconoce que su presencia 
      reviste un carácter testimonial. Llegan a las seis de la mañana y se retiran 
      a las 14. Algunos efectúan tareas de vigilancia y otros de mantenimiento 
      del predio. "Entre los dos gremios que representamos a los trabajadores 
      consensuamos el ingreso de 27 personas. Pero ahora se da el caso de que 
      los jefes tacharon a 12 con el argumento de que protestaron en las puertas 
      de los talleres", insistió el delegado de la Unión Ferroviaria. Murillo 
      se refiere a que, desde los primeros días de marzo, distintas agrupaciones 
      de ex ferroviarios se manifiestan periódicamente frente a la planta industrial, 
      para reclamar el cumplimiento de la promesa gubernamental. Desde que se 
      hizo el anuncio oficial en 2008, sólo tres personas ingresaron al predio: 
      dos mujeres que trabajaban ad honorem desde hacía varios años y que cumplen 
      funciones de secretaria y de maestranza; y un joven que trabaja en el área 
      de pintura. "En la nave nos faltan cosas básicas, como electrodos o 
      chapas, que son elementos fundamentales. No son vagones reparados los que 
      salen de Tafí Viejo; son reconstruidos porque los que nos llegan están destruidos. 
      Nuestro trabajo es artesanal. Si hubiésemos tenido los materiales, entre 
      diciembre y enero podríamos haber terminado cinco vagones. Pero hasta pintura 
      nos falta", rezongó Murillo. El jefe de los talleres reconoció que 
      poco es lo que se sabe respecto de la designación del personal prometido. 
      "Todavía no hay nada con respecto a la incorporación de empleados. 
      Todo está dependiendo de la situación del país. Estamos esperando que se 
      normalice en breve. Sí tenemos otros problemas, como la falta de materiales", 
      afirmó. El ingeniero Varela, no obstante, dijo que la planta sí funciona. 
      "Se está trabajando con normalidad; los talleres están trabajando a 
      pleno", sentenció. "Desguazamos otros vagones para reparar los 
      que están rotos. Y ahora nos traen los desguazados para que los rearmemos, 
      ¿qué es todo esto?", se preguntó el delegado de la Unión Feroviaria, 
      Jorge Murillo. En efecto, el 28 de octubre de 2008, mediante una videoconferencia 
      desde Olivos, la titular del Poder Ejecutivo Nacional dijo que tras la reparación 
      del estratégico taller se iniciaría un proceso de selección de 150 nuevos 
      operarios, con el objetivo de que en Tafí Viejo se reparen 10 vagones por 
      mes. Ese día también anunció que el tren de pasajeros empezaría a rodar, 
      promesa que tampoco se concretó. Sin embargo, las improlijidades se sucedieron. 
      La empresa Metalúrgica Di Bacco, que tuvo a su cargo las obras de refacción, 
      mantuvo el galpón con candado hasta noviembre del año pasado, por una deuda 
      del Gobierno nacional. Una vez saldados los $ 13 millones que costaron los 
      trabajos, el subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna, designó 
      como jefe de los talleres a Carlos Varela. Sin embargo, poco cambió desde 
      su asunción. "Lo que pasa en los talleres es preocupante e indignante. 
      Porque ningún compromiso público se concretó. Ahora están digitando la entrada 
      de personal que no tiene idea de lo que es el trabajo ferroviario", 
      denunció Murillo. Legalmente, los empleados de la planta dependen de una 
      unidad ejecutora. De los 66 operarios que Néstor Kirchner reubicó tras relanzar 
      la planta el 30 de setiembre de 2003, sólo continúan 54. Como lo grafica 
      Murillo, ninguno de ellos oculta su agradecimiento, pero reconoce que su 
      presencia reviste un carácter testimonial. Llegan a las seis de la mañana 
      y se retiran a las 14. Algunos efectúan tareas de vigilancia y otros de 
      mantenimiento del predio. 
      "Entre los dos gremios que representamos a los trabajadores consensuamos 
      el ingreso de 27 personas. Pero ahora se da el caso de que los jefes tacharon 
      a 12 con el argumento de que protestaron en las puertas de los talleres", 
      insistió el delegado de la Unión Ferroviaria. Murillo se refiere a que, 
      desde los primeros días de marzo, distintas agrupaciones de ex ferroviarios 
      se manifiestan periódicamente frente a la planta industrial, para reclamar 
      el cumplimiento de la promesa gubernamental. Desde que se hizo el anuncio 
      oficial en 2008, sólo tres personas ingresaron al predio: dos mujeres que 
      trabajaban ad honorem desde hacía varios años y que cumplen funciones de 
      secretaria y de maestranza; y un joven que trabaja en el área de pintura. 
      "En la nave nos faltan cosas básicas, como electrodos o chapas, que 
      son elementos fundamentales. No son vagones reparados los que salen de Tafí 
      Viejo; son reconstruidos porque los que nos llegan están destruidos. Nuestro 
      trabajo es artesanal. Si hubiésemos tenido los materiales, entre diciembre 
      y enero podríamos haber terminado cinco vagones. Pero hasta pintura nos 
      falta", rezongó Murillo. (La Gaceta / Tucumán)
    
    
